Ingeniería
Forestal en Crisis
¿o no?
Pablo
J. Donoso Hiriart
Socio AIFBN
Profesor Asociado y Director del Instituto de Silvicultura
Universidad Austral de Chile
E-mail: pdonoso@uach.cl
Chile
ha tenido durante las últimas 4 décadas
una política forestal (no explícita) que
ha favorecido la concentración de la propiedad,
la generación de grandes monocultivos establecidos
sobre la base en buena parte de sustitución de
bosques nativos y la creación de carreras forestales
en forma no regulada. Este escenario ha propiciado problema
s ambientales, sociales y laborales de diverso tipo.
Hoy,
este modelo ha causado que el atractivo de la carrera
de Ingeniería Forestal como opción para
estudiar entre los alumnos que postulan a la universidad
esté en crisis. El año 2003 entraron 623
nuevos estudiantes a la carrera a 14 universidades;
el 2012 entraron 102 nuevos alumnos (Colegio de Ingenieros
Forestales 2012). La tendencia a la baja matrícula
es generalizada en las 6 universidades que la ofrecen
en Chile al año 2012 (dos en Santiago, dos en
Talca, una en Concepción y una en Valdivia).
Todos
los nuevos estudiantes se matricularon con menos de
700 puntos en la PSU. Este fenómeno ocurre también
en otros lugares del mundo. El factor común parece
ser que los potenciales estudiantes buscan carreras
que directamente, al menos en el nombre, se dediquen
a la conservación de la naturaleza. En consecuencia,
se han formado carreras relacionadas con conservación
de recursos naturales en varias facultades o escuelas
que sólo contaban con Ingeniería Forestal.
Esta
tendencia en cuanto a crear carreras de conservación
en escuelas tradicionalmente forestales es descrita
para Norteamérica por Nyland (2008), quien señala
que el ingreso en esa región comenzó a
disminuir en los 80, y las ciencias ambientales, la
biología y los estudios de política aparecieron
como alternativas más atractivas. Es muy importante
tener en consideración, sin embargo, que tanto
en Chile como en Norteamérica la matrícula
a carreras con mayor énfasis en conservación
y ciencias ambientales no han logrado revertir la tendencia
de caída en escuelas con carreras forestales
y de conservación.
En
el caso de Chile, la caída de ingresos a ingeniería
forestal está explicada por varios factores que
han llevado a que lamentablemente en el imaginario colectivo
ha terminado dominando la impresión de que la
carrera es en definitiva para implementar las prácticas
de las grandes empresas forestales: plantar pinos y
eucaliptos a gran escala, y luego cosecharlos con talas
rasas en áreas gigantescas, arrastrando problemas
graves como sustituciones de bosques nativos, migraciones
masivas de gente desde el campo hacia cordones marginales
de pobreza en las ciudades, pérdidas de biodiversidad,
}problemas de abastecimiento de agua, etc. Esta impresión,
junto a la percepción de un pobre futuro laboral
para los ingenieros forestales, son las dos causas principales
de la crisis actual. La historia reciente que explica
estos fenómenos se puede resumir en la siguiente
descripción:
1970s
y 1980´s:
Empresas forestales crean patrimonio de plantaciones
a gran escala amparados en el DL 701 y otras políticas
que favorecen este proceso.
Grandes sustituciones de bosques nativos, fuerte migración
campociudad.
Muy buen campo laboral para ingenieros forestales que
egresan (hasta mediados de los 80s) sólo
de tres universidades (U de Chile, U Austral de Chile
y U de Concepción).
1990s:
CELCO-ARAUCO Y CMPC absorben a numerosas PYMES
forestales.
Aumenta la oferta de carreras de ingeniería forestal
hasta un máximo histórico de 17 carreras
en el país.
2000s:
Continúan los conflictos sociales y ambientales
relacionados al sector forestal, siendo el más
emblemático el de la contaminación del
Santuario de la Naturaleza Carlos Anwandter con la llegada
de la planta CELCOARAUCO en Valdivia.
Se genera la imagen (parcialmente cierta) de que la
ingeniería forestal tiene graves problemas laborales.
Se reduce el número de carreras de ingeniería
forestal a 6 hacia finales de la década, es decir
cierran varias escuelas por falta de matrícula
en ingeniería forestal.
El año 2005 se forma la primera carrera en conservación
de recursos naturales; al año 2012 hay 9 escuelas
de este tipo, y empiezan a observarse caídas
en las matrículas de estas carreras también.
En esto probablemente influye la decreciente reputación
de la profesión forestal en general y en esto
somos responsables como profesión y gremio.
Como
dice Kimmins (2002), nuestra responsabilidad como forestales
es 1) Cambiar la forma en que el paisaje forestal es
manejado de acuerdo a los cambios en valores y servicios
ambientales deseados por la sociedad, y 2) Rechazar
las prácticas actuales y propuestas de nuevas
prácticas que sean inconsistentes con la ecología
y la sociología de los valores y servicios deseados
en escalas temporales y espaciales adecuadas, incluyendo
el rechazo a nuevos valores que no son ecológicamente
sustentables en el ecosistema forestal en cuestión.
Hay sin duda muchos forestales que han hecho ambas cosas,
pero institucionalmente sólo ha sido la Agrupación
de Ingenieros Forestales por el Bosque Nativo la que
ha denunciado las malas prácticas forestales
que han ocurrido y siguen ocurriendo, y ha hecho propuestas
para un nuevo modelo forestal para el país (Frene
et al. 2011). La ausencia de un pronunciamiento gremial
acerca del futuro que debe desarrollar el sector forestal
y las empresas que lo componen, que esté en armonía
con las demandas sociales en relación a las actividades
forestales y los bosques, va a seguir siendo una piedra
en el zapato para reflotar la carrera de ingeniería
forestal.
¿Está
la profesión en crisis? La carrera forestal tiene
mucho que aportar y que decir en una serie de temáticas
de importancia global. Una medida fundamental para la
mitigación del cambio climático es el
manejo de la densidad y biomasa en los bosques y la
generación de nuevos bosques mediante plantaciones.
La conservación de la enorme biodiversidad asociada
a los ecosistemas forestales pasa por la conservación
de esos ecosistemas; y una forma importante de reducir
la huella de carbono en el planeta pasa por usar madera,
un recurso renovable que puede tener un balance cero
en su huella de carbono, en vez de materiales no renovables
(cemento, fierro, etc.) en cuya producción hay
una fuerte huella ecológica. La demanda por agua,
elemento fundamental para la vida, es creciente, y un
servicio ecológico relevante de los ecosistemas
forestales es la provisión de agua para consumo
humano, o para la agricultura y la ganadería.
Con
estos nuevos temas emergentes, y de alta preocupación
social, la profesión forestal debe ser incluso
mucho más importante ahora que antes. Con estos
elementos sobre la mesa, la profesión forestal
no estaría en crisis.
Cuando
en el imaginario colectivo logremos posicionar con más
fuerza la importancia de nuestra profesión para
el desarrollo sustentable de países y regiones
con ecosistemas forestales por sobre la mala imagen
que han generado las malas prácticas desgraciadamente
ejecutadas o mandatadas, también por profesionales
forestales, volverá a haber interés en
estudiar ingeniería forestal, una profesión
necesaria para el sector, el cual es estratégico
para el desarrollo de Chile, en especial en la zona
centro-sur. Con el tiempo se deberá llegar a
un balance anual en cuanto a matrículas y nuevos
profesionales forestales que requiere el país.
Tal vez no hay que alarmarse con que estén entrando
cerca de 100 nuevos estudiantes.
Si
el país necesita 50-100 nuevos ingenieros forestales
al año tal vez estamos llegando a un punto de
equilibrio. Lo que Chile necesita son pocos ingenieros
forestales egresados cada año altamente comprometidos
con el desarrollo forestal sustentable. La profesión
no está en crisis, especialmente si es ejecutada
por gente comprometida con incrementar el bienestar
social asociado al buen uso de los recursos forestales.
Para
generar estos profesionales se necesitará matrícula,
mallas adaptadas a los nuevos tiempos
y paciencia.
Una reversión de la tendencia actual puede depender
de un cambio mayor en las actitudes de la sociedad en
relación a la importancia de los bosques y de
la gente que los maneja (Nyland 2008).
Referencias Colegio de Ingenieros Forestales. 2012.
Tendencia Matrículas Ingeniería Forestal
(2003-2012). En www.cifag.cl, página visitada
el 16 de abril de 2012.
Frene
C, S Donoso, P Donoso y J Romero
(Eds.). Hacia un Nuevo Modelo Forestal. Propuestas para
el desarrollo sustentable del bosque nativo y el sector
forestal en Chile. 2011. Agrupación de Ingenieros
Forestales por el Bosque Nativo. 67 p.
Kimmins
JP. 2002. Future shock in forestry. Where have we come
from; where are we going; is there a right way
to manage forests? Lessons from Thoreau, Leopold, Toffler,
Botkin and Nature. The Forestry Chronicle
78(2): 263-271.
Nyland
R. 2008. The decline in forestry education enrollment
Some observations and opinions.
Volver
al índice >>
Volúmenes
Publicados >>
Volver a inicio >>
|